En nuestra sociedad está muy extendida la idea de que la igualdad de mujeres y hombres está prácticamente conseguida. Es cierto que existen leyes y planes institucionales que tratan de garantizar la igualdad y erradicar la violencia de género. Asimismo, la participación de las mujeres en el mercado laboral, su acceso a todos los niveles educativos y a la cultura está generando avances en el camino. Sin embargo, los datos sobre el mercado laboral, la escasa presencia de las mujeres en los ámbitos de decisión económica, cultural, científica, la baja participación sociopolítica, el reparto poco equilibrado del trabajo doméstico y de cuidado, la violencia que se ejerce en contra de las mujeres, y la pobreza, etc. siguen mostrando la existencia de un importante déficit social en materia de igualdad.
En el sistema educativo también ha habido grandes avances, hasta el punto de poder afirmar que hoy en día las mujeres son mayoría en los niveles postobligatorios de la enseñanza. La enseñanza mixta, se ha generalizado como modelo en la enseñanza pública y en la casi totalidad de los centros concertados o privados. Además, desde un amplio marco normativo se insta al sistema educativo a trabajar para una sociedad
igualitaria desde la escuela.
Estos hechos han reforzado la creencia de que la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres se ha alcanzado en el ámbito educativo. El espejismo se ve fortalecido en la medida en que los resultados de las chicas son superiores, su rendimiento académico en todas las etapas es mejor, su tasa de fracaso y abandono escolar es inferior y su acceso a las carreras reconocidas tradicionalmente como masculinas es cada vez mayor.
Sin embargo, los estudios nos muestran que las relaciones entre niñas y niños, chicas y chicos siguen siendo asimétricas y se dan numerosas situaciones basadas en el abuso; las capacidades, habilidades y proyectos de vida siguen estando ligadas al género; en los contenidos curriculares las aportaciones de las mujeres no están visibilizadas, y el sexismo y la violencia de género son realidades que están incidiendo en el desarrollo de la vida de adolescentes y jóvenes.
El Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura con este Plan busca superar estas desigualdades de mujeres y hombres y contribuir a la erradicación de la violencia de género y de todos los tipos de violencia que tienen el sexismo en su origen, desde el ámbito educativo. En este sentido, es importante remarcar el lugar privilegiado y estratégico que tiene la escuela para contribuir a una sociedad más igualitaria y justa.
Para ello, considera fundamental reconocer:
• El esfuerzo de muchas instituciones y entidades que a través de masters, cursos, materiales, programas, etc. han colaborado en la formación del profesorado en materia de coeducación.
• La labor realizada en los Seminarios de Coeducación organizados en la CAPV desde los Berritzegune, de difusión, elaboración de proyectos y transformación coeducativa de los centros, en un período importante de la historia de la educación en nuestra Comunidad.
• Las iniciativas y las experiencias de trabajo que desde el profesorado y los centros escolares se han llevado a cabo en estos últimos años.
• Los avances que se han realizado en materia de investigación científica feminista.
• Las reivindicaciones y el trabajo que están realizando losmovimientos sociales, educativos y feministas abriendo nuevosfrentes a la labor coeducativa.
Programa «NAHIKO»
Programa para la prevención del maltrato en las futuras relaciones de pareja de las alumnas y alumnos, centrado en el intervalo de edad de 6-12 años y basado en la experimentación, investigación y acción conjunta con el profesorado de los centros que en él participan.
El programa se inició en el año 2003 de la mano del Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, para trabajar desde la coeducación la prevención de la violencia contra las mujeres desde el mundo educativo. Representa la continuación del trabajo desarrollado en los últimos años por el Instituto, tanto en el impulso de la coeducación, como en el abordaje de la prevención del maltrato doméstico desde la adolescencia.